Hombres de armas (Mundodisco, #15) – Terry Pratchett

—¿Señor? No le entiendo, señor —dijo Zanahoria, irradiando honesta ignorancia.

Hubo otro silencio peligroso.

—Pero, claro está —dijo Vimes—, es completamente imposible que yo pueda dejar pasar esta clase de cosas.

—¿Qué quiere decir, señor? —preguntó Zanahoria.

Vimes atrajo el candelabro hacia él y tocó el papel con la punta de un dedo.

—Bueno, mira lo que pone aquí. Quiero decir que, bueno, ¿volver a abrir esas viejas Casas de la Guardia? ¿En las puertas? ¿Qué sentido tendría eso? ¿Allí en el límite?

—Oh, estoy seguro de que los detalles concernientes a la organización pueden alterarse, señor —dijo Zanahoria.

—Mantener una guardia general en las puertas, eso sí, pero si quieres tener alguna clase de dedo encima del pulso de… Mira, necesitas tener una en algún lugar de la calle Olmo, cerca de las Sombras y los muelles, y otra hacia la mitad de la calle Corta, y quizá una más pequeña en el Camino de los Reyes. En algún lugar de allí arriba, de todas maneras. Tienes que pensar en cuáles son los centros de la población. ¿Cuántos hombres habría estacionados en cada Casa de la Guardia?

—Yo había pensado en diez, señor. Tomando en consideración los distintos turnos.

—No, eso no puede ser. Utiliza como máximo seis. Un cabo, digamos, y otro por turno. Al resto los vas desplazando de un lado a otro siguiendo, oh, una rotación mensual. Te interesa que todo el mundo se mantenga lo más alerta posible, ¿verdad? Y de esa manera todos tienen que andar por cada una de las calles. Eso es muy importante. Y… ojalá tuviera un mapa… oh… gracias, querida. Bien. Y ahora mira esto. Cuentas con unos efectivos de cincuenta y seis hombres, nominales, ¿de acuerdo? Pero también te vas a ocupar de la guardia diurna, y además tienes que tomar en consideración los días libres, dos funerales de abuelas por hombre al año… y los dioses sabrán cómo se las van a arreglar los no muertos para disfrutar de esos días, a lo mejor se les dará permiso para que asistan a sus propios funerales… y luego también está la baja por enfermedad y ese tipo de cosas. Así que… Bueno, entonces lo que queremos es tener cuatro turnos, repartidos por toda la ciudad. ¿Tienes fuego? Gracias. No queremos que la guardia entera cambie de turno a la vez. Por otra parte, tienes que permitir que el oficial de cada Casa de la Guardia disponga de un poco de iniciativa. Pero deberíamos mantener un destacamento especial en Pseudópolis Yard para las emergencias… Mira, dame ese lápiz. Y ahora dame ese cuaderno. Vamos a ver…

El humo del puro fue llenando la habitación. El pequeño reloj que le habían regalado a Vimes en su despedida de la Guardia fue tocando cada cuarto de hora, sin ser escuchado por nadie.

Lady Sybil sonrió y cerró la puerta detrás de ella, y fue a dar de comer a los dragones.

Queridísimos mami y papi:

Bueno, tengo unas noticias Asombrosas que daros, ¡¡¡porque ahora soy Capitán!!! Hemos tenido un día muy ajetreado y una Semana realmente variada, como pasaré a contaros ahora…

Y solo una cosa más.

Había una gran mansión en una de las áreas más elegantes de Ankh, con un espacioso jardín y en lo alto de uno de sus árboles, una casita para los niños y, muy probablemente, un lugar caliente junto al fuego.

Y una ventana, rompiéndose…

Gaspode tomó tierra sobre el césped y corrió hacia la valla como alma que lleva el diablo. Burbujas que olían a flores chorreaban de su pelaje. Ahora lucía una cinta con un lacito en ella, y llevaba en la boca un cuenco en el que ponía SEÑOR ABRACITOS. Cavó frenéticamente hasta que pudo abrirse paso por debajo de la valla y salió al camino.

Un montón de excrementos de caballo frescos se encargó del aroma floral, y cinco minutos de rascadas eliminaron el lazo.

—No me queda ni una puta pulga —gimió Gaspode dejando caer el cuenco—. Y yo que tenía la colección casi completa. ¡Vaya! Bueno, nunca volveré a poner las patas allí dentro. ¡Ja!

Gaspode empezó a sentirse más animado. Era martes. Eso significaba pastel de bistec-y-órganos-sospechosos en el Gremio de Ladrones, y el jefe de cocina de allí era conocido por ser bastante susceptible a una cola que golpeaba el suelo y una mirada penetrante. Y sostener un cuenco vacío en la boca y parecer patético era algo que no fallaba nunca, si es que Gaspode entendía un poco de aquellas cosas. No debería tardar demasiado en poder quitarse de encima al SEÑOR ABRACITOS.

Quizá las cosas no hubiesen debido ser así. Pero así es como eran.

En conjunto, reflexionó Gaspode, hubiese podido ser mucho peor.

Notes

[1] Pero ser adiestrado como Ladrón era algo que a un caballero no se le pasaría por la cabeza ni en sueños.

[2] A menudo con discretas placas debajo de ellos que registraban modestamente el nombre de la persona que les había dado muerte. Después de todo, era la galería de retratos de los Asesinos.

[3] Desde el punto de vista de la especie como un todo. No desde el punto de vista del dragón que ahora está lloviendo sobre todo el paisaje en forma de trocitos muy pequeños.

[4] Dedos-Mazda, el primer ladrón que hubo en el mundo, les robó el fuego a los dioses. Pero luego no consiguió encontrar a ningún perista que quisiera quedárselo: el artículo todavía estaba demasiado caliente.2

2 Dedos salió realmente chamuscado del negocio.

[5] La Batalla del Valle de Koom es la única batalla conocida de la historia en la que cada bando le tendió una emboscada al otro.

[6] Siempre hay uno.

[7] Esto es otro rasgo de supervivencia.

[8] Porque era una forma temprana de científico librepensador, y no creía que los seres humanos hubieran sido creados por alguna clase de ser divino. Diseccionar personas cuando todavía estaban vivas tendía a ser una preocupación sacerdotal, porque los sacerdotes pensaban que la humanidad había sido creada por alguna clase de ser divino y querían ver más de cerca Su obra.

[9] Un suicidio, por ejemplo. De hecho, el asesinato era un acontecimiento poco común en Ankh-Morpork, pero había un montón de suicidios. Andar por los callejones de Las Sombras durante las horas nocturnas era cometer suicidio. Pedir un trago corto en un bar de enanos era cometer suicidio. Decirle «¿Tienes rocas en la cabeza o qué?» a un troll era cometer suicidio. Si no ibas con cuidado, podías cometer suicidio muy fácilmente.

[10] Una encuesta llevada a cabo por el Gremio de Comerciantes de Ankh-Morpork en las áreas portuarias de la ciudad encontró a 987 mujeres que dijeron que su Profesión era «costurera». Ah, y dos agujas.

[11] De hecho, los trolls cuentan tradicionalmente así: uno, dos, tres… muchos, Y la gente da por sentado que esto significa que son incapaces de llegar a dominar números más elevados. No se dan cuenta de que muchos puede ser un número. Como en: uno, dos, tres, muchos, muchos-uno, muchos-dos, muchos-tres, muchos muchos, muchos-muchos-uno, muchos-muchos-dos, muchos-muchos-tres, muchos muchos muchos, muchos-muchos-muchos-uno, muchos-muchos-muchos-dos, muchos-muchos-muchos-tres, MONTONES.

[12] Lo habitual era que la patrona te preguntara si estabas decente, pero la señora Cake conocía a sus inquilinos.

[13] Marrones

[14] Y marrones.

[15] Funciona de la siguiente manera. La frenología, como todo el mundo sabe, es una manera de leer el carácter, la aptitud y las capacidades de alguien examinando las protuberancias y oquedades de su cabeza. Por consiguiente —según la clase de pensamiento lógico que caracteriza a la mentalidad predominante en Ankh-Morpork—, debería ser posible moldear el carácter de alguien proporcionándole bultos cuidadosamente graduados en todos los lugares apropiados. De esa manera, puedes entrar en la consulta de un retrofrenólogo y encargar un temperamento artístico con una tendencia a la introspección y un complemento de histeria. Lo que recibes en realidad son unos cuantos golpes en la cabeza asestados con una selección de martillitos de distintos tamaños, pero crea empleo y mantiene el dinero en circulación, y eso es lo principal.

[16] La rata con queso cremoso solo es uno de los platos famosos del Mundodisco disponibles en la cosmopolita Ankh-Morpork. Según la publicación del Gremio de Mercaderes, Bienvenido a Ankh-Morpork, Ciudad de las Mil Sorpresas: «También a comprar en sus bien provistos emporios están el Caído, los Diablillos Liados, el Bacalao a la Fikkun, el Pudín Preocupado, las Bolitas Pringosas,** y, no debe ser olvidado, el Bocadillo de Nudillo, hecho con los más selectos nudillos de cerdo. No en vano se dice, «Para Probar el Verdadero Sabor de Ankh-Morpork, Prueba un Bocadillo de Nudillo»».

**Que no debe confundirse con la Bolita Pringosa Escocesa, la cual es una especie de pudín de crema relleno de fruta. La versión de Ankh-Morpork cae en la lengua como el más fino de los merengues, y en el estómago como una bola de cemento.

[17] Falso. Vimes no viajaba mucho excepto a pie, y poco sabía del Tordo Suicida de Lancre o del Lema Ensombrecido, que existe únicamente en dos dimensiones y come matemáticos, o de la mariposa cuántica del clima. Pero es posible que la especie más extraña, y posiblemente más triste, del Mundodisco sea el elefante ermitaño. Esta criatura, al carecer de la piel gruesa de sus parientes, vive dentro de cabañas, mudándose y construyendo extensiones a su alrededor conforme va aumentando su tamaño. Más de un viajero que recorría las llanuras de Howondalandia ha despertado por la mañana en medio de una aldea que no estaba allí la noche anterior.

[18] En estos momentos, el axioma «Los hombres honrados no tienen nada que temer de la policía» está siendo revisado por la Junta de Apelación de Axiomas.

[19] Probablemente, ningún otro mundo en el multiverso tiene almacenes para cosas que solo existen in potentia, pero el almacén de futuros porcinos que hay en Ankh-Morpork es un resultado de las reglas del patricio acerca de las metáforas carentes de base, la mentalidad literal de aquellos ciudadanos que dan por sentado que todo debe existir en alguna parte, y la delgadez general de la textura de la realidad alrededor de Ankh, la cual es tan tenue como una cosa muy tenue. El resultado de todo ello es que el comerciar con futuros porcinos —con productos del cerdo que todavía no existe— terminó llevando a que se construyera el almacén donde guardarlos hasta que existieran. Las temperaturas extremadamente bajas están causadas por el desequilibrio en el flujo de la energía temporal. Al menos, eso es lo que dicen los magos del edificio de Magia de Altas Energías. Y ellos tienen sombreros puntiagudos y unas cuantas letras después de su nombre, así que saben de qué están hablando.

[20] A estas alturas probablemente ya habrá quedado claro que, aunque Leonardo da Quirm era el mayor genio tecnológico de su época, también tenía un poco de Detritus cuando se trataba de inventar nombres.

[21] No era necesario que lo hiciese. Cuddy, por pertenecer a una raza que siempre prefería trabajar en el subsuelo, y Detritus, por ser un miembro de una raza notoriamente nocturna, veían muy bien en la oscuridad. Pero las cavernas y los túneles misteriosos siempre cuentan con fungosidades luminosas, cristales con un brillo extraño o, en caso de apuro, un simple resplandor fantasmagórico suspendido en el aire, por si se da el caso de que venga un héroe humano y necesite ver en la oscuridad. Extraño, pero cierto.

[22] Algo así como cualquier empresa ferroviaria.

[23] Que puede significar… bueno… los significados incluyen: «Disculpa, pero estás colgando de mi aro de goma, muchísimas gracias», «Para ti puede que solo sea una biomasa vital que oxigena el planeta, pero para mí es el hogar», y «Estoy seguro de que hace un momento había una selva tropical por aquí».

[24] El cual accionaba el fuelle de la caldera.

[25] Otras cinco la declararon un arma sagrada y dieron instrucciones de que se utilizara sobre todos los infieles, herejes, agnósticos y personas que no se estaban quietas durante el sermón.

[26] Dice así: «El que encadena a un troll, especialmente si además aprovecha la situación para dejar caer la bota sobre él unas cuantas veces, hará bien en no ser el que lo desencadene después».

[27] Y ese fue el origen, mucho tiempo después de los acontecimientos narrados aquí, de una canción folclórica de Ankh-Morpork compuesta para silbato de latón y pasaje nasal:

Autore(a)s: